La Virgen Prostituta.

Bastante diferente a las demás, la virgen prostituta tiene los ojos y los labios pintados. Resplandeciente atrás de ella una aureola dorada y cubriendo su virginidad, un manto rojo guinda que refleja el rubor de su excitada piel.

Por un beso ella no perdió la virginidad. Cuando por primera vez abrió la boca para sentir la lengua de su interlocutor, seguía en comunicación y lo único que cambió fue la distancia entre los dos. Tampoco lo fue aquella vez que sus pechos rozaron directamente contra la piel desnuda de un hombre; porque docenas de veces antes había amamantado a aquellos niños que después crecerían para convertirse en hombres cuya excitación aumentara al presenciar la erección y coloración de pezones como los suyos.

Para quienes se lo han preguntado, la virgen prostituta rompió su himen un día jugando en el Edén. Ha sido penetrada en todos sus orificios por toda clase de objetos y por variadas razones ajenas a las de su prostitución. Con ese antecedente, ella no encuentra diferencia alguna cuando es penetrada por sus clientes, ya que en toda su bondad, la virgen prostituta no discrimina nunca tamaño, forma o consistencia.

La virgen prostituta sigue siendo virgen, aunque sea puta. Los orgasmos y la paga no atentan tampoco contra su pureza. De hecho, la primera vez que sintió como su cuerpo se estremecía hasta llevarla a la plenitud de un lugar sin espacio ni tiempo, fue cuando estaba orando y en un momento de silencio escuchó la voz de dios en su corazón. Ella no peca al recibir dinero por sus servicios, al igual que otros santos no lo hacen al recibir ofrendas y conceder felicidad al mundo. Ella de entre todos, es considerada la mas bendita y milagrosa; la realidad es que da mas de lo que recibe, y el dinero que recibe lo utiliza para beneficio de los niños pobres. Cosa que por cierto, le brinda también en extremo, placer.

La virgen prostituta conoce su propio valor. Ella nunca ha actuado mal en contra de nadie ni de sí misma, es por eso que no conoce la culpa ni la vergüenza. Quién conoce a la virgen prostituta, pronto se da cuenta que su cuerpo es sólo un objeto y que no hay forma de violar, penetrar o robar lo mas sagrado de su ser.